Calvario
Anónimo alemán
Óleo sobre madera
Siglo XVII
Fundación E. Arocena / Museo Arocena
Un camino en común es el que ha reunido a las piezas que presentamos en esta exhibición. Estos objetos comparten origen y destino en un trayecto que inicia al ser realizados a partir de modelos diseñados por cinco artistas, y continúa siglos después al conjuntarse como parte de la colección Arocena. Además de una misma ruta, también los hila una función: ser testimonio de un momento determinante en la historia, una revolución visual que cambiaría la forma en que concebimos las imágenes, así como la expansión del territorio que éstas fueron ocupando en la vida cotidiana de una creciente cantidad de personas.
Esta transformación ocurrió durante el siglo XV, momento en el que emergió con particular fuerza un vehículo que modificó profundamente la forma de transmisión de imágenes, así como su velocidad y alcance: el grabado. Las nuevas formas de reproducción, así como el aumento en la cantidad de ejemplares que podían replicarse, permitieron que cada vez más personas tuvieran acceso a imágenes, antes confinadas a sitios muy específicos como iglesias y palacios. Las rutas de comercio entre naciones y continentes abrieron camino a la circulación de estos documentos, mucho más transportables y asequibles que los lienzos destinados a la burguesía del momento. De esta manera, viajando junto con metales preciosos, especies y conquistadores, las imágenes en blanco y negro colonizaron a su vez territorios insospechados de nuestra vida cultural.
La historiografía ha bautizado como grandes maestros a los artistas cuyas piezas son de tal calidad e impacto que cambiaron el rumbo de la historia del arte. Sus obras recorrieron el globo al convertirse en fuente de adaptaciones y variaciones que se enriquecieron al ser trasladadas a nuevos territorios y sentidos durante los siglos que les sucedieron. Tal es el caso de los modelos realizados por Van der Weyden, Durero, Massys, Van Dyck y Rubens, pintores a los que dedicamos cada uno de los módulos de esta exhibición. Ellos fueron generaciones de maestros y aprendices unidos por haber habitado en una misma zona cultural -el norte de la Europa continental-, lugar en el que transformaron profundamente la pintura realizada durante el renacimiento y el barroco. Pronto, sus obras fueron adaptadas al medio impreso, y con su nuevo formato les fue posible ser replicadas por pintores en España, Italia, Alemania o incluso América, lugares de creación de las obras presentes en esta muestra. Las adaptaciones del modelo original a distintos soportes y formatos, cambió también su función en muchos casos, al ser adecuadas localmente para cumplir con los requisitos de una audiencia particular, fenómeno trasladó el sentido de las imágenes originales a nuevos espacios y lugares.
El Museo Arocena se enorgullece en presentar esta reflexión que narra el inicio de un profundo cambio que tendría enormes consecuencias desde ese momento: la forma en que la reproducción técnica y las rutas que tomó la imagen a partir de entonces modificaron nuestra manera de ver el arte y la vida, permeando prácticamente todos los aspectos de la cultura humana.
ROGIER VAN DER WEYDEN
Rogier van der Weyden (Tournai, Bélgica, 1399/1400 – Bruselas, Bélgica, 1464) es considerado uno de los grandes maestros de la escuela flamenca de pintura del siglo XV. Junto con su maestro Robert Campin y artistas como Jan van Eyck, sentó las bases para el desarrollo de la pintura naturalista en Bruselas, reflejando una gran fuerza expresiva en sus retratos y una compleja armonía en sus composiciones.
Su obra es de gran influencia para artistas posteriores, y prueba de ello es el par de representaciones de Virgen con Niño que se encuentran en la colección Arocena, una siendo copia literal del original del autor flamenco y la otra resultado de la modificación del modelo inaugurado por el artista. El conmovedor gesto de ternura entre los personajes retratados y la calidad de las transparencias en el paño que cubre al niño, hicieron que la obra se convirtiera en una tipología común en el siglo XVI, y fuera retomada por grandes maestros como Hans Holbein el Viejo o Ambrosius Benson.
Virgen con Niño Anónimo español Óleo sobre tela Siglo XVI Fundación E. Arocena |
Virgen con niño Anónimo flamenco Óleo sobre tela Siglo XVI Fundación E. Arocena |
ALBERTO DURERO
Alberto Durero (Núremberg, Alemania, 1471 – 1528) es el más célebre grabador del renacimiento alemán, y una esencial figura para entender la transición del gótico internacional hacia el nuevo estilo de representación naturalista en la región. Aunque también reconocido como pintor, especialmente por sus autorretratos, Durero tuvo una influencia sin precedentes debido a la circulación masiva que tuvieron sus grabados por Europa e incluso por América, siglos después de haber sido creados.
Las dos pinturas que aquí se presentan reflejan interpretaciones locales de la composición creada por el grabador alemán. Mientras la versión italiana refleja con precisión los detalles presentes en la xilografía, la tabla española reproduce una pequeña parte de ésta, simplificando los rasgos y reorganizando la iconografía principal para adaptarla y centrarse en la representación de la Santísima Trinidad.
QUINTEN MASSYS
Quinten Massys (Lovaina, Bélgica, 1466 – 1530) es uno de los principales fundadores de la escuela flamenca de Amberes, la capital artística de la región durante el siglo XVI. Su estilo refleja fuerte influencia de predecesores flamencos como Roger van Der Weyden, pero también rasgos que provinieron del renacimiento italiano. Durante la primer parte de su vida se dedicó principalmente a representaciones religiosas, mientras que en sus últimos años destacó en el retrato y las representaciones satíricas.
El motivo compositivo de las cuatro figuras presentes en las pinturas del Calvario que ahora pertenecen a la colección Arocena, proviene de un largo trayecto de transformaciones y adaptaciones del original ideado por Massys en 1520. Los delicados detalles de éste fueron simplificados por los grabadores de la época hasta converger en la tipología convencional de la que derivan las tablas aquí presentes. Otro ejemplo de la transición compositiva entre estos modelos es la Crucifixión de un autor anónimo neerlandés, ahora ubicado en la Dulwich Picture Gallery de Londres.
PEDRO PABLO RUBENS
Pedro Pablo Rubens (Siegen, Alemania, 1577 – 1640) es uno de los pintores barrocos más prolíficos y afamados del siglo XVI. Su obra es fuertemente influida por las tradiciones más fuertes de ese momento: la italiana, representada por artistas como Tiziano, Veronese, Tintoretto, Miguel Ángel o Caravaggio, cuya obra pudo observar en los ocho años que pasó en sus tierras; así como la tradición flamenca de Amberes, en donde vivió la mayor parte de su vida.
Los milagros de San Francisco Javier es una pintura que, junto con su pareja Los milagros de San Ignacio de Loyola, fueron comisionadas en 1617 y expuestas alternadamente en el altar mayor de la iglesia jesuita de Amberes. La primera narra una serie de milagros atribuidos al primer misionero jesuita en Asia: la resurrección de un hombre, la curación de un ciego, y la destrucción de ídolos en Goa y otras provincias orientales.
Tras la traducción de la pintura al grabado, tal como el que se muestra del Museo Británico de Londres, la escena llegó a otros territorios, en ocasiones invertida debido a los procesos necesarios del medio impreso, como es posible ver en la lámina de la colección Arocena. El modelo llegó incluso hasta la Nueva España, en donde el pintor José Juárez imitó la composición de Rubens, pero transmutó el motivo jesuita en la adoración de un religioso franciscano de origen catalán, Salvador de Horta.
ANTONIO VAN DYCK
Antonio van Dyck (Amberes, Bélgica, 1599 – 1641) fue un pintor fuertemente influenciado por el nuevo lenguaje visual de Rubens, de quien fue discípulo y ayudante principal en la ciudad de Amberes. Su vida transcurrió en su ciudad natal, pero pronto se trasladó también a Italia y a Inglaterra, en donde estuvo al servicio del rey Carlos I. El traslado de país le permitió cambiar el género de su pintura, religiosa por completo en la católica Amberes, y modificarla hacia el retrato, en el que prosperó particularmente.
Del periodo que estuvo en Flandes es el Gólgota (1629) que se encuentra en la iglesia de San Miguel en Gante. La imagen incorpora elementos que el joven van Dyck había visto en su anterior viaje a Italia, especialmente la influencia de Tiziano. La misma composición fue retomada por el afamado grabador Schelte Adams Bolswert, de quien se conocen al menos tres diseños diferentes sobre la composición orginal, incorporando nuevos elementos y correcciones en cada una de ellas. La estampa del Museo Británico de Londres, así como el origen de la pintura de la colección Arocena, corresponden a la primera serie, pues todavía carecen de la mano con la que Juan Evangelista toca el hombro de la Virgen María en el original de van Dyck.
BIBLIOGRAFÍA
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