PUERTAS DE MADERA ESTILO ART NOUVEAU

FICHA TÉCNICA

Puertas de madera estilo Art Nouveau
h. 1920
Fundación E. Arocena.
Casa Histórica Arocena.

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FICHA COMENTADA

Uno de los aspectos llamativos de la Casa Arocena es su estilo y ornamentación. A pesar de ser sobria y sencilla, el interior de la Casa no deja de sorprender al visitante. Materiales, detalles y sobre todo, decoraciones dan una distinción a elementos tan sencillos como la madera.

Esas particularidades de la Casa, hablan de su estilo. Construida en 1920, la arquitectura de la Casa, rompe con las modelos de moda en la ciudad. Más bien, sus formas pertenecen al contexto español, especialmente una serie de casas en San Sebastián que inspiraron tan particular construcción en la ciudad. Mientras abundaban las construcciones de ladrillo y adobe, al estilo norteamericano, la casa Arocena adopta una forma anacrónica para la época. Más europea y afrancesada. Aunque en 1920, el Art Nouveau como estilo va de salida para dar lugar al Déco, es interesante ver cómo se adopta el gusto en México, especialmente en la capital del país donde diversos edificios y casas se construyeron bajo ese gusto arquitectónico.

El Art Nouveau es el nombre genérico con que se conocen las nuevas manifestaciones de la arquitectura y de las artes decorativas aplicadas a finales del siglo XIX e inicios del siglo XX. En 1900 la Exposición Universal en París consolidó el Nouveau. Así se abandonan los modelos históricos para dar paso a formas libres y creativas, inspiradas en la naturaleza. El estilo Art Nouveau parte de un proyecto internacional y cosmopolita. Detrás de las distintas propuestas formales existe una voluntad común de crear un arte universal dentro del espíritu moderno y de progreso. Los principios básicos son la superación de las formas históricas por las naturales, la adopción de los nuevos materiales, la dignificación del artesanado y la libertad expresiva con la integración de todas las artes. Gracias a las facilidades de comunicación y al comercio se establecen fructíferos intercambios culturales por medio de exposiciones, libros, revistas y asociaciones de artistas que difunden dichas ideas. A partir de 1900 cualquier centro emprendedor, por alejado que esté, aspira a adoptar el carácter culto y refinado de las grandes ciudades[1]. El Art Nouveau se caracteriza por la referencia a la naturaleza: flores, plantas, y animales. También emplea arabescos, curvas y espirales. Su ornamentación es orgánica para remitirse a la naturaleza.

La Casa Arocena es un caso sui generis en Torreón y la Región Lagunera. No sólo por el modelo arquitectónico, sino porque es el único inmueble con ciertos rasgos Nouveau en su interior. El elevador vivamente ornamentado, las puertas y las chapas, la ebanistería en las paredes, la ventas de los cuartos. En las entradas de los cuartos  se aprecia una característica composición curveada, que se repite a lo largo de las habitaciones. En detalle, apreciamos ornamentos florales y frutales que distinguen el cuidadoso trabajo de ebanistería. Por momentos, el Nouveau parecen dar vida a la madera, como si estuvieran integrados a la naturaleza. Otro elemento que destaca, son una serie de capullos de algodón que se repiten. El detalle es significativo no sólo por el  origen de la Casa Arocena como una de las construcciones más destacadas de la ciudad, sino porque habla de la relación entre el trabajo, la economía y el espacio para habitar. Desde finales del siglo XIX, el patriarca de la familia, Rafael Arocena, se consolidó como un importante empresario algodonero en La Laguna. La economía lagunera estaba basada en la agricultura, especialmente en el algodón y en los ciclos impredecibles del río Nazas. Una buena avenida del Nazas generaba prosperidad hasta por tres años más o más, sin embargo, ese mismo río que generaba riqueza, también creaba ruina al llevar muy poca agua su afluente. De esta manera, mucha de la riqueza producida en La Laguna era fruto del campo y de miles de campesinos, por eso, la construcción de un edificio como el Arocena, se explica a través de la riqueza que producía el campo.

Para esa época, la región ya destacaba como una de las principales zonas algodoneras del país. En 1910 ya era la primera región productora en el país, e incluso la fibra del algodón llegó a exportarse a Estados Unidos y Europa. En ese contexto, La Laguna tuvo un crecimiento económico y demográfico notable. La riqueza en torno al algodón se volvió legendaria, al punto que miles de migrantes nacionales y extranjeros encontraron en la región, un lugar para hacer riqueza y echar raíces. Así sucedió con la familia Arocena, que logró hacer un emporio algodonero alrededor del conjunto de ranchos y haciendas aglutinadas en el predio conocido como Santa Teresa. Por medio de la canalización de las aguas del río Nazas, los ranchos de Santa Teresa hacía florecer los campos algodones. Por lo mismo, es sumamente revelador que los algodones tallados en las puertas de la Casa, reflejen ese sentido de identidad y pertenencia del llamado “oro blanco”. No será casualidad que a lo largo del siglo XX, se adoptó como identidad en muchas empresas, comercios y hasta equipos deportivos,  la imagen del algodón como símbolo de riqueza y desarrollo la región. De esa manera, uno de los detalles más interesantes de la ebanistería en la Casa, no es meramente el estilo Nouveau, sino su interpretación e integración al contexto local, a través de la planta que convirtió a la región en una importante economía agroindustrial.

[1] Mattos Álvarez, María Dulce, “El tránsito de un siglo. El Art Nouveau”, Semanario, número 11, UAM, 2002; Lahor, Jean, Art Nouveau, Parkstone, 2007