Nostalgia y accesorios. El fin de un estilo.

En épocas pasadas, accesorios como los guantes y el sombrero fueron protagonistas de la moda. A partir de los años sesenta perdieron presencia en la vestimenta, cediendo el paso a nuevos accesorios como el bolso de mano y los teléfonos móviles. La exposición Nostalgia y accesorios. El fin de un estilo profundiza sobre las razones por las que triunfaron las cabezas desnudas y las manos descubiertas en los últimos cincuenta años. Una breve reflexión sobre lo que fuimos y hacia donde nos dirigimos en la moda.

El Museo Arocena presenta esta exposición, tributo a los objetos que no sólamente dieron personalidad a las mujeres que los usaron sino que marcaron una época y un camino a seguir para la moda.

Esperando que disfruten esta exposición, les damos la más atenta bienvenida.

La importancia de los accesorios

Quien hojee una revista de moda actual podrá notar el protagonismo que tienen hoy en día los accesorios. Son un recurso necesario para la expresión, un complemento en la vestimenta. Los accesorios siempre han estado estrechamente vinculados con la moda, algunos desaparecen de escena con los nuevos tiempos y costumbres. Éste es el caso de los sombreros y guantes, pues su uso ornamental se ha vuelto casi obsoleto. Nuevos tiempos traen consigo distintos accesorios, como el celular y el iPod, razón por la cual los accesorios son considerados como una manifestación del espíritu de la época, de las necesidades y angustias de la sociedad en la que se vive.

Los sombreros

En la segunda mitad del siglo XX Christian Dior, consideró al sombrero como el punto focal de cualquier manifiesto sobre la moda. A pesar de que la moda ha sufrido cambios drásticos, la cabeza sigue estando en la cumbre, lo que explica por qué los tocados siguen estando en la cima. El sombrero marca el tono de la vestimenta con una intensidad que ningún bolso o zapato puede equiparar. A pesar de la fuerza visual de este accesorio ¿cómo se explican las cabezas desnudas en la escena de la moda actual?

En el siglo XIX mujeres provenientes de todos los estratos sociales llevaban sombreros siempre que salían de casa ya que el atuendo no estaba completo sin él. En aquel entonces escoger sombrero no era fácil debido a la variedad de eventos y la etiqueta. La adquisición de un sombrero era un ritual que comenzaba con la visita al sombrerero, se elegía el modelo básico, los materiales – seda, terciopelo, fieltro, flores entre otros ‐. La ornamentación se dejaba en manos de la clienta, que se guiaban por las revistas de moda. Hasta la década de los cincuenta cada ciudad europea tenía varías sombrererías.

Los sombreros eran importantes en las pasarelas a principios del siglo XX. La casa de moda de Paul Poiret propuso el turbante. Los desfiles de Elsa Schiaparelli incluían sombreros surrealistas en formas de tintero, una chuleta de cordero y un zapato. Para ejemplificar la importancia del sombrero podemos mencionar que Coco Chanel y Jeanne Lanvin comenzaron su incursión de la moda elaborando sombreros. Cristóbal Balenciaga consideraba al sombrero como un contra punto al volumen de las prendas diseñadas, sus sombreros podían ser pequeños o enormes. Balenciaga opinaba que sus clientas debían de llevar su atuendo sólo con los sombreros diseñados por él, cualquier otro sombrero estaba fuera de lugar, pues alteraba la composición. Este enfoque de crear un concepto visual y mantenerlo entre los usuarios era símbolo de buen gusto y de congruencia. Además esta idea estaba fundamentada en el éxito de la alta costura. Sin embargo en la década de los sesenta, la democratización de la moda con el Prêt‐ à‐ porter, promueve la tendencia más democrática.

Es a partir de esta época que el sombrero empieza su decadencia por varias razones, como el uso del cabello como medio de expresión y la noción de que la juventud lleva a la cabeza descubierta.

Los guantes

El aspecto ornamental siempre ha sido una función de los guantes, aunque no la primordial. Desde la Antigüedad hasta el año 1000 los guantes eran manoplas que se utilizaban como protección. A partir del siglo X este accesorio comenzó a adquirir simbolismos en los que se podía inferir el grado de poder y el estatus. La realeza y nobleza portaba los guantes con joyas. Los guantes fueron masculinos hasta el año 1500 en el que se incorporaron en el guardarropa femenino, hasta formar parte del atuendo de la novia en la ceremonia religiosa.

Uno de los ideales de belleza para el siglo XVII, consistía en tener unos brazos blancos y unas manos “delicadas” como la porcelana; “revelar” a un hombre estas zonas ciertamente erógenas, quitándose los guantes turbadora y lentamente era un acto privado comparable a quitarse las medias de una manera sofisticada. A pesar del simbolismo erótico que tenía el uso de los guantes, la desaparición en las pasarelas es una realidad.

La simplificación de la etiqueta se dio en los años sesenta, en la que el sombrero se llevó la peor parte. Incluso los obispos se adaptaron a esos cambios y, durante el concilio Vaticano II (1962 – 1965) los guantes cayeron en desgracia, pues la Iglesia quería deshacerse de todos los accesorios, de todos modos nadie los comprendía. Ahora los accesorios viven con uso práctico, sin simbolismos.

La pérdida de simbolismo en los guantes es una respuesta a la forma de vida. En la sociedad contemporánea el uso de guantes carece de sensualidad, de status de poder. Estos elementos son transmitidos en otros accesorios que van más de acuerdo a la forma de vida moderna. Durante la Segunda Guerra Mundial la mujer comenzó a trabajar jornadas de ocho horas y a desplazarse por la ciudad creando así una nueva necesidad: el bolso de mano. Algunos códigos como el estatus social que daban los guantes fueron transferidos al bolso de mano. El bolso de mano comenzó a tener mayor relevancia en la vestimenta femenina y algunos accesorios como los guantes disminuyeron su atención. Es así como vemos que los accesorios son elementos que manifiestan la forma de vida y el espíritu de la época. ¿Será que nos acostumbraremos al triunfo de las cabezas desnudas y las manos descubiertas? ¿Por qué serán remplazados los celulares y los iPods?

 

  • Sombrero, década de 1950. México.
    Sombrero de 1950. Mexico.
  • Sombrero, década de 1950. Maries, París, Francia.
    Sombrero,de 1950. Maries, Francia.

 

Introducción a la Conservación de textiles antiguos

Inicia: Martes 16 de Octubre de 2012

A las:10:00
 
Costo $800 pesos por participante (incluye material
Expositor Verónica Lozano Ucha
Día Del 16 al 19 de octubre
Horario 10:30 a 14:00 horas

 

Se explicarán nociones básicas y generales sobre la conservación de textiles antiguos como trajes, vestidos, alfombras, tapices, banderas, etc.; en museos, galerías o colecciones particulares. Se expondrá de manera teórica y práctica sobre los materiales y técnicas que forman parte de los textiles antiguos así como de los mecanismos de deterioro que pueden llegar a afectarlos en su uso histórico y su almacenaje. Igualmente se orientará sobre la mejor manera de distinguir cada afectación o daño y los pasos a seguir para llevar a cabo acciones destinadas a su corrección y sobre todo, prevención.

Además, se realizarán demostraciones en el taller sobre cómo cuidar de los textiles antiguos, ofreciendo algunos consejos sobre las mejores técnicas de conservación y de restauración para cada caso. Los asistentes están invitados a llevar al taller obras de su propiedad o bajo su resguardo para recibir una asesoría sobre su mejor cuidado.

 


 

Acerca del expositor

Verónica Lozano Ucha es restauradora de arte especializada en la conservación de textiles y con veinte años de experiencia en el ramo. Se graduó de la Escuela Nacional de Conservación Restauración y Museografía del INAH (México D.F.) con mención honorífica a su tesis “El huipil atribuido a la Malinche”, investigación coordinada por la maestra Marta Turok. Posteriormente continuó sus estudios en la misma institución con el posgrado en Museografía. También cuenta con la maestría en “Gestión de Museos” por parte de la Casa Lamm. Desde 1999 es jefe del taller de restauración del Museo Franz Mayer en la ciudad de México donde atiende la colección permanente. Actualmente es profesora de “Restauración y Conservación Preventiva” en la Universidad de la Comunicación.