JUEGO DE TOCADOR

FICHA TÉCNICA

Juego de Tocador(par)(1 pomadera, 1 polvera, 2 perfumeros y 1 charolita)
Europa, mediados del siglo XX
Vidrio de doble capa (transparente y azul), cortado y dorado
Colección Casa Histórica Arocena

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FICHA COMENTADA

Hasta la década de 1910 los cuidados para el rostro de una dama eran mínimos: un lavado con jabón de aceite de oliva, agua de rosas o de lavanda como tónicos y aceite de almendras dulces o Cold Cream para hidratar y nutrir.

El maquillaje se limitaba al polvo de arroz para resaltar o fingir la blancura de la piel. Estos productos se compraban a granel en las farmacias y se despachaban en empaques sencillos, incluso en cucuruchos de papel. Para tenerlos a la mano en los tocadores se colocaban en distintos recipientes, que formaban conjuntos.

El juego de tocador de la colección Arocena tiene dos frascos o perfumeros, una pomadera, una polvera y una charolita. Los frascos o perfumeros servían para conservar el aceite de almendras, los tónicos florales o los perfumes. La pomadera se utilizaba para poner el Cold Cream o la vaselina. Dentro de la polvera se colocaba el polvo de arroz y una almohadilla para polvearse y la charolita se usaba para disponer las alhajas escogidas para usar durante el día y ponérselas después de maquillarse o para dejar ahí, por la noche, las joyas que se habían usado y que se guardarían por la mañana. Era importante que los juegos de tocador se hicieran con materiales que no alteraran los productos que se contenían en sus recipientes para garantizar sus propiedades. La porcelana y el vidrio eran ideales para ello.

Los juegos de tocador formaban parte de los objetos de vanidad de una mujer. Muchas veces, eran regalos de sus padres o de sus maridos en ocasiones especiales. Por eso, solían ser piezas lujosas, hechas con materiales y técnicas de mucha calidad. Los recipientes del conjunto de la Colección Arocena tienen un diseño de base octogonal con figuras geométricas en azul perfiladas en dorado sobre las caras. Están hechos de vidrio fino de doble capa, es decir una capa transparente al interior y una capa azul al exterior. Las figuras geométricas y los motivos en bajo relieve se hicieron al tallar y cortar el vidrio. Por último, se pintaron al pincel con polvo de oro, que se fijó a la superficie del vidrio en un horno de baja temperatura. Por sus características, es posible que estas piezas procedan de alguna fábrica centroeuropea.

Durante segunda y tercera décadas del siglo XX, el maquillaje se hizo más sofisticado: el polvo de arroz blanco se sustituyó por un polvo rosado inventado por Helena Ruibinstein. Más tarde aparecieron el rubor, el rímel y el lápiz labial. Además, surgieron otras marcas de maquillaje y cuidados de la piel como Elizabeth Arden y Max Factor, e incluso, diseñadores como Chanel lanzaron sus líneas de cosméticos y perfumes. La competencia fue tan grande que la mercadotecnia atribuyó propiedades medicinales a los cosméticos y cremas, además de ponerlos a la venta en empaques muy vistosos y sofisticados, que se podían lucir como pequeñas joyas en los tocadores, en especial, los frascos de perfume. Esto provocó que los antiguos juegos de tocador dejaran de usarse. Sin embargo, no desaparecieron de los tocadores, permanecieron ahí cómo objetos de decoración y ostentación.

Investigación:
Ana Paulina Gámez,
Miembro del consejo académico del Museo Arocena